– Introducción: Cuadro de los terremotos más relevantes en la historia de España.
– Primera parte: Terremotos del 5 de abril de 1504 y del 22 de septiembre de 1522.
– Cuarta Parte: El terremoto de 1884.
– Conclusión: Los sucesos más recientes.
Tercera parte: Terremoto de Torrevieja, Alicante el 21 de marzo de 1829.
“Ensayo sobre volcanes y terremotos … y en particular sobre los acontecimientos de Murcia y Orihuela” (1929), de Arrazola, Lorenzo (1797-1873). Imprenta de Aparicio imp.
A las 18,15 horas del 21 de marzo de 1.829 se produjo el terremoto, posiblemente, el de mayor intensidad de los últimos 600 años en las zonas de las provincias de Alicante y Murcia, como Orihuela , resultando destruidas varias localidades y dejando 400 muertos. Ese terremoto fue baremado de 6.6 a 6.9 grados, aunque también hubo otras réplicas espaciadas en el tiempo. Dejó asoladas casi por completo poblaciones como Torrevieja, Almoradí, Benejúzar y Guardamar, S. Fulgencio, Rojales, Daya Nueva y otras sufrieron numerosos desperfectos. De los casi 400 muertos, el 50% era de Almoradí. A partir de ese terrible suceso se cambiaron las normas de construcción de edificaciones. Entre las medidas tomadas se encontraba la disminución de la altura de las viviendas y que estas dispusieran de un corral interior para poder acudir en caso de temblor. Con el tiempo, en algunas localidades de esta zona afectada se han vuelto a atrever a construir edificaciones de mayor envergadura justificándose en la aparición de materiales más resistentes a los temblores.
En el folleto “Relación del espantoso terremoto que en la tarde del 21 de marzo del presente año de 1829 se sintió en diferentes pueblos de la gobernación de Orihuela y otros del partido de Murcia”. (Antonio Pérez Gómez) (1950) presenta tres documentos de la época, dos de ellos, dibujos que ilustraban el desastre que aconteció el 21 de marzo de 1829. Además hace referencia a otro folleto anterior llamado “Fechas Murcianas” del que muestra su extrañeza por no haberse referido con detalle a este terremoto, aunque por lo visto el autor sí manifestaba que recordaba una calamidad que obligó a adoptar medidas como el dejar abiertas las puertas de la ciudad para facilitar el escape hacia la huerta del vecindario.
Estos son los dos dibujos de la época que aporta al folleto:
“A nuestra Señora de la Fuen-Santa protectora del pueblo murciano.Visita la ciudad de Murcia desde el malecón a las 6 y 25 minutos de la tarde del día 21 de marzo de 1829, hora en que sufrió el terremoto”.
En el libro “Ensayo sobre volcanes y terremotos … y en particular sobre los acontecimientos de Murcia y Orihuela” (1929), de Arrazola, Lorenzo (1797-1873), relata según las cartas llegadas del lugar lo que aconteció aquel día. Cuenta la existencia de un temblor premonitorio a las seis y media de la tarde del 21 de marzo cuya duración fue de unos dos segundos que precedió al gran temblor cuya duración fue de unos 9 segundos.
“…á los tres minutos, precedido, ó mas bien acompañado de un ruido estraño, semejante al que haría en un empedrado un coche, cuyos caballos se desbocasen, se sintió otro sacudimiento tan golpeado y terrible, que los que estaban acostumbrados á ver terremotos decian asombrados que no hablan visto otro mas fuerte. La atmósfera se presentó entonces cargada en muchas partes de un gas sulfurosq y sufocante, que quitó la vida á algunas personas. Las jentes despavoridas abandonaban sus casas por correr al campo, y á muchos desgraciados les alcanzó lá muerte en las calles, ó quedaron sepultados entre las ruinas de sus casas mismas”. Reflexiónese qué cuadro presentaría un pueblo cuyas torres se bamboleaban, cuyas casas se juntaban unas con otras, y cuyos habitantes corrían despavoridos, sin esperar el hijo por la madre, y en el que no se oía mas que el ruido confuso. de los edificios quee venían á tierra, y los gritos de los que huían espantados, ó los que esperando impacientes á sus padres, á Sus esposas, ó á sus hijos, veían desplomarse sus casas antes que hubieran salido. ¡Cuántas madres habrían quedado sus tiernos hijuelos en la cuna!….“
Las publicaciones también se hicieron eco del desastre del 21 de marzo. Esta, por ejemplo, pertenece al “Diario de Avisos de Madrid”, Lunes 30 de marzo de 1829. Este es el extracto que hace referencia al fuerte seísmo:
También se hace extensa referencia en el “Mercurio de España” de abril de 1829 en el se lee que el Rey expidió un real decreto por el cuál enviaba una partida de su propio dinero para socorrer a las personas necesitadas debido al terremoto y alentaba a corporaciones, prelados y demás personas a suscribir también la cantidad que estimaran. También se especifica otros tipos de ayudas.
Más información:
– Guardamar recuerda el terremoto.
– El seísmo de 1829 en Torrevieja obligó a construir edificios más bajos para prevenir riesgos.
– Almoradí.